
EFE/AFP.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incluyó a los salones de belleza y los gimnasios en la lista de «actividades esenciales». Lo hizo para dar vía libre a su reapertura en plena pandemia de Covid-19, argumentando que busca proteger la «salud» y la «higiene». Sus indicaciones siguen en contravía de las medidas de contención dictaminadas por los gobernadores y alcaldes del gigante sudamericano, y llegan cuando su popularidad sigue cayendo en picada.
Un decreto del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incluyó el lunes 11 de mayo a los salones de belleza y peluquerías, así como a los gimnasios, en la lista de «actividades esenciales» autorizadas en los estados y municipios que trabajan para contener el nuevo coronavirus.
Bolsonaro dijo a los periodistas en Brasilia que «la salud es vida, gimnasios, belleza y peluquerías…la higiene es vida. Estas tres categorías representan más de un millón de empleos». Así argumentó su decisión de permitir el funcionamiento de estos establecimientos, actuando una vez más en contra del aislamiento preventivo.
El mandatario brasileño agregó que «el que está en casa hoy, sedentario, aumenta su nivel de colesterol, el problema del estrés y muchos otros problemas. Pero si puede ir a un gimnasio, obviamente de acuerdo con las regulaciones del Ministerio de Salud, tendrá una vida más saludable. Lo mismo con el peluquero. Cuidar las uñas, el cabello, etc., es cuestión de higiene».
A punto de cruzar el umbral de los 12.000 muertos por Covid-19
El presidente de ultraderecha se hizo célebre al inicio de la pandemia en Brasil por calificar al Covid-19 de «gripe leve» y por continuar con viajes y recorridos oficiales en los que dio abrazos y apretones de manos a sus seguidores, sin tener en cuenta el distanciamiento social.
Cuando el gigante sudamericano se aproxima a los 12.000 fallecimientos relacionados con el nuevo coronavirus, el mandatario aún se opone a las medidas de contención dictadas por los estados y municipios, pues las considera negativas para la economía nacional.
El decreto emitido esta semana por el Ejecutivo brasileño también incluye actividades de construcción industrial y civil. Sin embargo, el alcance de su decisión podría ser limitado, ya que la Corte Suprema dijo el pasado abril que los gobernadores y alcaldes tienen la prioridad para decidir sobre las medidas que aplican en sus jurisdicciones para combatir la pandemia.
Sin embargo, Bolsonaro ya advirtió, vía Twitter, que desobedecer su decreto es enfrentarse al «estado democrático» y que es el «peor camino que aflora un autoritarismo indeseable» en el país.
Los contagiados en el país ya son más de 170.000, pero los científicos nacionales estiman que estas cifras están muy por debajo de la realidad, pues solo toman en cuenta los datos hospitalarios con el reporte de positivos confirmados.
La popularidad de Bolsonaro sigue en caída libre
El apoyo a Jair Bolsonaro ha caído y crecen las críticas sobre su manejo de la pandemia. Este martes 12 de mayo fue publicada una encuesta de la MDA, encargada por el grupo de la industria de transporte CNT, la cual reveló que el 43.4 % de los encuestados ve a su Gobierno como «malo» u «horrible», frente al 31 % del pasado enero.
El índice de aprobación personal de Bolsonaro cayó al 39.2 % respecto al 47.8 % registrado en enero. Además, el 67.3 % de las personas están de acuerdo con la necesidad del distanciamiento social, que los gobernadores estatales y los expertos en salud han recomendado para frenar los contagios.
Por su parte, los gobernadores estatales de Brasil obtuvieron mayor aprobación que el Gobierno federal en la lucha contra la pandemia, con un 69.2 % de personas que apoyan las acciones de sus gobernadores y un 26.8 % de desaprobación. Las acciones del Gobierno de Bolsonaro para combatir el brote fueron aprobadas en un 51.7 %.
La encuesta telefónica se realizó a 2.002 personas del 7 al 10 de mayo y tiene un margen de error de 2.2 puntos porcentuales.
Los agentes verifican la temperatura de una mujer que usa una mascarilla después de bajarse de un autobús público, con la montaña Pan de Azúcar en el fondo, en la ciudad de Niteroi, durante su primer día de confinamiento, mientras continúa la propagación del Covid-19, cerca de Río de Janeiro, Brasil, el 11 de mayo de 2020.
Los agentes verifican la temperatura de una mujer que usa una mascarilla después de bajarse de un autobús público, con la montaña Pan de Azúcar en el fondo, en la ciudad de Niteroi, durante su primer día de confinamiento, mientras continúa la propagación del Covid-19, cerca de Río de Janeiro, Brasil, el 11 de mayo de 2020. © Ricardo Moraes / Reuters
El coronavirus ya había llegado a Brasil antes del carnaval de Río
Un estudio divulgado el pasado lunes por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el mayor centro de investigación médica de Latinoamérica, detalló que el Covid-19 comenzó a circular en Brasil en la primera semana de febrero, en plena época de carnaval. Esto significa que la enfermedad ya estaba en el país más de dos semanas antes de que fuera diagnosticado el primer caso, que también fue el primero de toda América Latina.
El nuevo coronavirus comenzó a circular en el gigante sudamericano hacia el 4 de febrero y no el 25 del mismo mes, cuando se encontró en un ciudadano brasileño que había regresado desde Italia hasta Sao Paulo. El cálculo se basó en registros de defunción para identificar el comienzo de la transmisión viral.
Con Reuters, EFE y AFP