
Santo Domingo.- La vicepresidenta , Margarita Cedeño, advirtió sobre la imposición en el país de una especie de terrorismo político, que pone en riesgo los avances para contener la pandemia de la Covid-19.
En un artículo publicado en el Listin Diario y en Vanguardia del Pueblo, Cedeño considera lamentable que en estos momentos ciertos elementos se quieran aprovechar de forma casi criminal de las necesidades de algunas personas y pongan en riesgo además de la contención del virus, el desarrollo social y económico de la nación.
«Así concebido, el terrorismo puede ser practicado por diversos actores políticos, individuales o colectivos. Más aún, en una situación como la actual, en la cual los gobiernos dependen tanto de su credibilidad para poder ejercer su función de garantes de la salubridad y la vida de millones de ciudadanos», agregó.
«Por ello, cualquier atentado contra la legitimidad por parte de los actores políticos en el ejercicio de las funciones públicas, así como de los actores sociales, es un atentado flagrante contra la estabilidad misma del país», señala el texto.
Asimismo, explica que debido a la crisis del coronavirus, República Dominicana ha estado sometida a medidas que limitan el ejercicio de los derechos de los ciudadanos, legalidad sustentada en el estado de emergencia, pero su legitimidad solo puede emanar de la calidad moral de las autoridades encargadas de aplicarlas.
De ahí, afirma, no es casualidad que los países más exitosos en el combate a la pandemia tienen en común altos niveles de confianza de los ciudadanos hacia sus gobernantes, ya sean locales o nacionales.
En ese contexto, la vicemandataria opinó que no se pueden permitir acciones encaminadas a instalar un sentimiento de caos en la ciudadanía, porque es difícil apelar a la unidad del pueblo y al cumplimiento de medidas difíciles para todos, si al mismo tiempo se generan caldos de cultivo para la desobediencia.
Por otra parte, la vicemandataria explica que el gobierno hace un gran esfuerzo, cumple con su responsabilidad, reconoce errores cuando se cometen y es transparente, pero de ahí a aceptar la alevosía e ignorancia de actores políticos que ponen objetivos electorales por encima de las personas, «raya en la más cruenta irresponsabilidad y barbaridad política».
Finalmente, apunta que los líderes no pueden anteponer sus intereses a los colectivos de la población, de toda la sociedad, ni mucho menos escudarse en la mediocridad para manipular a los ciudadanos.
«No hay duda de que las urnas castigarán esas actitudes», concluye.